Saturday, May 20, 2006

El verdadero Sentido del Espiritu

Tengo pues, la necesidad de escribir para contrarrestar un movimiento que vertiginosa y peligrosamente ha tomado mucho auge en nuestras iglesias durante las últimas décadas. La espiritualización de las emociones y la exaltación de las mismas a un grado “plus ultra” que poco tiene de real. Además de que se rechaza tajantemente el valor del conocimiento y de la razón que es virtud y don de Yahvé.
Hablamos de un mover del Espíritu y decimos que lo encontramos cuando sentimos que nos vamos en un viaje de éxtasis falaz donde todo es emoción y no hay sustancia real. Qué sucede, el éxtasis emocional puede tener influencia del Espíritu pero el culto y la adoración a Dios es integral y por esto es racional tanto como emocional. El balance que debe haber en la adoración es una línea bien fina, tan pequeña que es fácil de cruzar, por lo que fácilmente se puede perder el norte.
Muchos olvidamos que el Espíritu y la razón son cosas que deben ir de la mano. La teología y la manifestación del poder del Espíritu Santo son cosas que la Iglesia Cristiana tiene que promover. Por esto, lo vital de una Educación Cristiana seria y transformadora que es columna vertebral de la Iglesia. Si damos mayor énfasis a una u otra hemos perdido el balance que tiene que existir dentro de la Iglesia. Este planteamiento es quizás ajeno a la comunidad de fe (la Congregación), por no estudiarse con profundidad en la Iglesia resultando muchas veces en que no se comprende la importancia de este balance.
Muchos de los detractores de la línea del pensamiento ilustrado usan de excusa el texto de Pablo (2 Corintios 3:6) de que la letra mata y el espíritu vivifica. Un grave error interpretativo, consecuencia de una mala exégesis. Por esta razón, nos hace falta que los laicos hagan teología y la conozcan, esta responsabilidad no es solo de los pastores. Además la teología debe ser seria, objetiva y educada. Porque en el texto, Pablo de lo que habla es que su experiencia. El conocía toda la ley y era irreprensible ante su justicia. Pero, sin la verdadera experiencia que vivió en el Espíritu y la revelación única que viene de El nunca hubiera alcanzado la vida eterna.
Porque lo que nos salva no es el conocimiento por si mismo sino el Dios del conocimiento pero, para poder ser salvos hay que conocerle y saber en quién se está creyendo. Pablo puso su teología y su conocimiento al servicio de Dios. Su sensibilidad ante el Espíritu fue lo que creo la Doctrina del Cristianismo y lo que le permitió llegar a comunidades como Roma y Corinto. Comunidades educadas a las cuales Pedro con todo el Espíritu jamás podría haber llegado de la forma que lo hizo Pablo. Debemos recordad que Pedro era un hombre simple, quien había decidido seguir a Jesús, su conocimiento de la ley era muy limitado. Tal era el caso de que muchos de los fariseos de la época no pensaban que el movimiento de los del Camino durara mucho o que fuera a tener grandes repercusiones(Hechos 5:34-42) . La Razón para esto, sus líderes eran simples pescadores, que tan siquiera sabían leer correctamente.
Enajenados de esta realidad bíblica de la educación y del conocimiento muchos dicen que la filosofía es mala y es lo que ha dañado a la Iglesia. Pero, qué es la filosofía. Filosofía viene de la composición de dos palabras del Griego: “Fileos” que quiere decir querer y “Sofía” que quiere decir sabiduría. Entonces, la Filosofía no es otra cosa que querer saber o querer sabiduría.
¿Qué dice el Texto bíblico sobre la sabiduría? En Proverbios, el libro de la sabiduría Hebrea, dice que el principio de la sabiduría es el temor a Yahvé. Por lo que el vivir en adoración a Dios nos da sabiduría. Entonces dice el mismo libro en el capítulo ocho (8) que la sabiduría era con Dios desde el principio. Por lo cual, la filosofía provenía desde los comienzos, pues nuestro Dios es sabio y todo el que le conocía y le adoraba recibía la sabiduría de El.
Este capítulo ocho (8) hace una clara alusión mesiánica donde encontramos una cristofanía que puede ser comparada con el “Logos” de Juan en su capítulo uno (1). Podemos decir y afirmar que la sabiduría plena de Dios la cual dicta la filosofía cristiana esta en CRISTO y es la que hace Teología, claro está siempre revelada por el Espíritu Santo pues éste entra a lo más profundo de Dios y de sus pensamientos.
La Iglesia que no hace teología no entiende estas cosas y como es más fácil tapar un roto con brea que corregir el problema, han sustituido el conocimiento teológico por la alabanza emocional. Ahora todo es alabanza y emoción cuando debería ser alabanza con la razón y la emoción recordando el dominio propio. Es por eso que llegamos a una de las grandes preocupaciones de la Iglesia de hoy. Muchas de nuestras iglesias están cambiando su formato para que sus servicios sean de ¨ADORACION¨.
Este concepto esta muy mal utilizado y se continúa usando mal. Si sabemos que la adoración es la ejecución de lo que es el Cristianismo, un estilo de vida integral de entrega a Dios donde se somete la voluntad del individuo a la de Dios de forma voluntaria. Donde se hace su voluntad y se trabaja para exaltar la gloria del gran Yo Soy. Por lo que debemos decir Cultos de Alabanza, por llamarlo de alguna forma, donde todo es música y cánticos en los cuales se han eliminado partes vitales de lo que debe ser la liturgia cúltica en especial en las iglesias históricas.
De forma tal que se ha deformado el concepto y el orden cúltico amparándose en que se hace lo que el Espíritu diga. Pero, ¿qué dice el Espíritu y qué dicen las emociones del pseudo adorador? He aquí donde tenemos lo más difícil de nuestro análisis, que es del espíritu y de la emoción del que dirige.
Mi experiencia personal me ha llevado a las siguientes conjeturas que no deben verse jamás como una cuestión incambiable o como la posición absoluta pero estas tienen mucho peso a la hora del análisis critico. El nuevo sistema cúltico de la adoración mística siempre termina siendo uno esquematizado. Se trata de romper con los programas para darle libertad al Espíritu pero al final termina siendo igual de litúrgico que el orden tradicional pero muchas veces sin sustancia real. ¿Por qué? Porque normalmente se siguen los diversos patrones que discutiremos a continuación:
1. Lento, lento, rápido, rápido: es el tipo de culto donde se comienza con música sublime que va apelando la emoción y luego sube la adrenalina del oyente creando un éxtasis emocional de sobre exaltación con brincos y un ¨gozo¨ de discutible motivación.
2. Rápido, rápido, lento, lento: es el tipo de culto que comienza con música fuerte de exaltación y termina en lo sublime en un viaje de sublimineidad, donde se desarrolla el pseudo concepto del cántico nuevo y todo es alabanza suave.
3. Mixto: es una mezcla de estos dos estilos o quizás uno nuevo.
Aún cuando muchos no lo quieran aceptar este método se esta usando y es un esquema que realmente no le da libertad al espíritu sino a la emoción. Porque darle libertad al Espíritu es lo que es ser cristiano. Como antes dije, someter mi voluntad y mi vida a la voluntad de Dios para que sea El quien mueva cada uno de mis pasos.
Claro está, no todo es malo siempre y cuando se tomen las medidas de precaución. Se puede cantar y alabar con libertad y con música movida o música sublime porque la adoración y la alabanza van conforme a la cultura. Pues el Espíritu trabaja con la cultura y con las personas de formas diferentes.
He aquí uno de los problemas con el método de alabanza cúltica de ahora, pretendemos que todos hagamos y adoremos igual. Pero, hay quien en el silbo apacible y la tranquilidad esta siendo tocado por el espíritu y que en medio de un revolú o de la algarabía no tiene ningún tipo de experiencia como puede ser todo lo contrario. He aquí porque debe de haber un balance y la necesidad de entender que si el hermano no siente de la misma forma que yo siento es porque él es un individuo distinto a mi y Dios trabaja de formas distintas con cada uno de nosotros.
Jamás debemos pensar o interpretar esto como que es menos espiritual que nosotros. Eso sería un pecado porque quien único escudriña los corazones es Yahvé Sebaot, y El es quien conoce la verdad de la vida de los que le adoran. Yo puedo aparentar mucho y al final mi corazón estar podrido, como también puedo verme muy serio y estar cumpliendo con lo que es ser un adorador en espíritu y en verdad.
Esa es otra situación preocupante. Adorador no es aquel que canta ni es el músico, ellos son parte de la liturgia de la iglesia, porque adorador es todo aquel que conoce a Cristo y se rinde a El haciendo las cosas para agradarle y agradecerle. Los adoradores somos todos en la congregación no solo unos pocos que hacen tal o cual labor. Otra vez vemos como la falta de teología y de conocimiento de conceptos básicos nos están creando problemas en la Iglesia. Esperemos que al analizar esto y podamos hacernos una evaluación para mejorar como Iglesia en este tercer milenio de Vida Cristiana.

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